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Voto de Sibila de Delfos:
9
Bélico. Drama. Thriller En plena Segunda Guerra Mundial, tras la ejecución de su familia, una joven judía se une a los grupos de la Resistencia que luchan contra la ocupación de Holanda por parte de las tropas alemanas. Su misión será infiltrarse en el Cuartel General Nazi para seducir a un alto oficial alemán a fin de obtener información que permita liberar a un grupo de combatientes que han sido capturados. (FILMAFFINITY)
16 de marzo de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es una pregunta, aunque Rachel Stein/Ellis de Vries la formule como tal. Es una afirmación.Una afirmación que contesta la última imagen de la película, con el ejército israelí llegando al kibbutz.
Porque esa es la reflexión más importante de la película de Paul Verhoeven. Las guerras nunca acaban, los conflictos nunca terminan, el ser humano vuelve una y otra vez a tropezar con las mismas piedras y a hacer daño a sus semejantes.
Verhoeven, con su habitual energía y visceralidad visual (pone el mismo entusiasmo en las escenas más extremas, salga en ellas sangre, sexo o mierda cayendo sobre una persona), pone en imágenes una fascinante historia de la resistencia holandesa contra la Alemania nazi en sus últimas horas, aderezada con la venganza personal de una cantante judía. Y como tal, la película funciona a la perfección durante gran parte de su metraje. El ritmo es trepidante, el diseño de producción y el vestuario lucen excelentes (la ambientación es absolutamente brillante y creíble), el guión genera un interés en el espectador por saber cómo continúa la historia, y Verhoeven, mano a mano con Gerard Soeteman, su co-guionista, crea unos personajes fascinantes y, sobre todo, muy humanos. No hay buenos ni malos, como se esfuerza en recalcar constantemente (ojo a las terribles escenas de la resistencia holandesa "ocupándose" de sus prisioneros), sino personas que cumplen órdenes y sobre todo se dejan llevar por sus sentimientos, los buenos y los malos. La bellísima música de Anne Dudley recalca sin avasallar todas esas emociones con notas delicadas y también llenas de fuerza.
Lástima que toda esa perfección, prácticamente absoluta hasta la última media hora de película, se pierda en el último tercio, demasiado alargado y algo más flojo en su ritmo. Es como si Verhoeven de repente se desinflara y no supiera cómo ni cuándo acabar, y todo el castillo de naipes se le tambaleara un poco. Nunca se le derrumba, porque las bases eran muy muy sólidas, pero es una pena no ver un desenlace a la altura de toda la intensidad que nos ha ofrecido el realizador de Showgirls en los demás minutos. Menos mal que incluso en esos momentos, Carice Van Houten sigue brillando a un nivel estratosférico. La holandesa está simplemente apoteósica desde el primer minuto, resulta creíble en todas las facetas de su personaje, derrocha carisma, está bellísima, canta divinamente y mira y luce como sólo lo hacían las grandes. Pero las de antaño. Hayworth, Audrey, Lombard... Un tour de force absolutamente espectacular que la empareja con Audrey Tatou como las dos actrices más "clásicas" de la actualidad. curiosamente, ambas europeas... Tampoco sería justo olvidar a la encantadora Halina Reijn, o a Sebastian Koch, soberbio y encantador en su muy adorable rol.
En definitiva, una gran película para saborear lentamente y disfrutar con sus infinitos detalles y mínimos fallos. ¿El mejor Verhoeven? Muy probablemente podría serlo.

Lo mejor: Carice Van Houten, Sebastian Koch y el guión de la película, perfecto hasta la última media hora.
Lo peor: Esa última media hora, que a pesar de ser muy buena, pierde un poco el paso del ritmo y del control que ha habido hasta entonces.
Sibila de Delfos
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