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Voto de Sibila de Delfos:
7
Drama Relato inspirado en los macabros sucesos de Puerto Hurraco, el pueblo extremeño donde, en el verano de 1990, tuvo lugar un enfrentamiento entre dos familias que desembocó en una matanza que conmocionó a España entera por su carácter primitivo y brutal. Durante generaciones esas familias vivieron en continuo conflicto por las lindes de sus propiedades, conflicto que había provocado un derramamiento de sangre. Cuando Isabel, la ... [+]
1 de julio de 2014
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
La venganza es un plato que se sirve frío. Pero no en Puerto Hurraco.
Carlos Saura recreó, no sin polémica (los cuatro hermanos Izquierdo, desde la cárcel y el manicomio, intentaron impedir la realización de la película, que tampoco cayó muy bien entre las víctimas y en el pueblo), aquel día de agosto de 1990 en que nueve personas murieron y otras doce resultaron heridas en la que es una de las páginas más negras de la historia reciente de España. La película, con otros nombres y apellidos, cuenta muy bien la historia de odios y enfrentamientos entre las dos familias protagonistas con unos primeros minutos que resumen los primeros pasos de la historia de afrentas que culminan con un incendio, momento que Saura filma con naturalidad pasmosa, dejando que Victoria Abril ponga la emoción. Triunfa también Saura en la recreación del malsano ambiente del pueblo, un pueblo asfixiado por el calor veraniego en el que se gesta la tragedia poco a poco con un ambiente amenazador que nace de la escasa cultura de cierta gente en esa España profunda que aún existe donde todo se magnifica y donde lindes, tierras y amores aún pueden ser caldo de cultivo de venganzas como la que retrata la película, la de los Izquierdo (Fuentes en la película) contra los Cabanillas (Jiménez en la película). Todo ese ambiente lo plasma Saura de forma excepcional y lo remata (nunca mejor dicho) con la extraordinaria secuencia de la matanza en las calles del pueblo, brutal, despiadada y rodada sin contemplaciones ni medias tintas.
Donde ya no triunfa tanto es en tres decisiones narrativas que toma. La primera es la de la voz en off, cargante, innecesaria y absolutamente anticlimática. La segunda es la decisión de poner a Isabel como centro de la trama y darle tramas propias (concretamente la de su romance con Chino, al que interpreta Oriol Vila), chafando la buenísima idea de inicial de contar la historia a través de sus ojos, como una espectadora de excepción de lo ocurrido. El ritmo se resiente mucho cuando ella es la protagonista absoluta de la trama. Y la tercera es la brevedad del tiempo que se da en pantalla a los cuatro hermanos Fuentes, demasiado poco para comprender realmente las razones de la masacre y cómo se van hundiendo poco a poco en el odio, la paranoia y la sed de sangre. Afortunadamente, están interpretados por actores maravillosos. José Luis Gómez clava la personalidad dubitativa y más débil de su personaje, mientras que Juan Diego está enorme como el autoritario y aterrador Antonio. Lo de Victoria Abril directamente es de otro planeta. Al margen del maquillaje, no parece ella ni recuerda a ningún otro personaje que haya interpretado antes. Es una fuerza de la naturaleza, llena de mala sangre y dolor. Si la película se hubiese centrado más en ellos y en su espiral de locura, la película hubiera sido algo muy diferente (atención a la impresionante escena en que se va la luz en casa de los Fuentes y cómo reaccionan los cuatro hermanos
Correcta, notable incluso y muy buena para iniciarse en la tragedia real, pero podría haber sido mejor.

Lo mejor: El ambiente logradísimo de tragedia gestándose y el retrato del lado más negro de la vida rural española, las interpretaciones de Victoria Abril, Juan Diego y José Luis Gómez, y el desfile continuo de actores y actrices populares (Yohana Cobo, Elia Galera, Ana Wagener, César Vea, Mariano Prñs, Eulalia Ramón, José García, Mariví Bilbao, unas jovencísimas Irene Escolar y Claudia Traisac, Ramón Fontseré).
Lo peor: La voz en off, el romance adolescente y el poco foco en los asesinos.
Sibila de Delfos
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