Obviamente, en un pueblo llamado Redención y con un líder que responde al nombre de Herodes, poco lugar hay para las sutilezas. El discurso Rápida y mortal es tan evidente que sólo podría ser más claro si cantara La Traviatta entre tiro y tiro. Pero lo cierto es que esto es una película de Sam Raimi, y Raimi, antes de entrar en el mundo Spiderman, siempre fue sinónimo de parodia, de caricatura y de exageración. Rápida y mortal es un divertimento en forma de western, pero no es un western a lo Leone ni tampoco un western crepuscular. Es simple y llanamente una película sobre una venganza ambientada en el Oeste, que nunca se decide por ser comedia, drama o ambas cosas sin ninguna elaboración argumental o de personajes.
Afortunadamente ahí está Gene Hackman para aportar presencia y veteranía a un rol más plano que una tabla de surf y sobre todo Russell Crowe, al que da gusto ver en una faceta mucho más vulnerable y tímida de lo normal. Su personaje, además, es el más interesante y el mejor escrito y eso permite al neocelandés mostrar todo su talento y su carisma inmenso que tendría premio tres años más tarde, con el pelotazo de L.A. Confidential.
Para pasar el rato sin pretensiones.

Lo mejor: Gene Hackman y sobre todo Russell Crowe.
Lo peor: La película no se toma en serio a sí misma en ningún momento y por tanto el interés en su historia es nulo. Y aunque sea injusto ponerlos aquí, no hay quien se crea a Sharon Stone y Leonardo Di Caprio en semejantes roles, por muchas ganas que le pongan.