Operación Dragón fue la última película que completó Bruce Lee. El 20 de julio de 1973 moría debido a un edema cerebral, con tan sólo 32 años. Ya entonces era un mito, pero esta película póstuma agrandó todavía más la leyenda.
Vista hoy, la verdad es que Operación Dragón no es una gran película. La historia es simplona y tópica a más no poder, y todo es una excusa gigantesca para que el protagonista muestre sus habilidades en las artes marciales, pero hay que reconocer que es entretenida y que, sobre todo, la personalidad, carisma y habilidad para la acción de Lee dominan toda la producción y la elevan mucho más arriba de lo que habría sido sin él. Sus saltos, patadas y golpes son de lo mejor que jamás se ha visto en este tipo de cine, sin lugar a dudas.
Hay que verla, sobre todo para recordar a una de las mayores figuras de la cultura popular de todos los tiempos. Un mito imborrable.

Lo mejor: Bruce Lee, en todo su esplendor.
Lo peor: La historia no tiene nada interesante.