Decepcionante experimento de Lasse Hallstrom, que fue hacer esa gran película que fue Las normas de la casa de la sidra y empezar a hundirse en su propio pozo de la mediocridad. Porque éso es lo que es esta película. Una historia mil veces vista que versa supuestamente sobre Giacomo Casanova, el seductor veneciano (que sólo lo es durante los primeros 10 minutos) y que trata de parecerse deseperadamente a Shakespeare in love, una cinta que aunque no merecía tantos Oscar como se llevó, le da sopas con hondas a ésta. La frescura de la acción y el sentido del humor están mucho más forzados y cuando intenta ponerse un poco trágica (la última detención de Casanova) no lo consigue. Gracias a Dios, por ahí aparecen Jeremy Irons, demostrando que no hay papel que se le resista, y Oliver Platt, demostrando también por qué es uno de los mejores cómicos que servidora ha visto. Los demás actores simplemente cumplen, aunque Sienna Miller no pega ni con cola en una peli de época.
En una palabra, decepcionante.

Lo mejor: Jeremy Irons y Oliver Platt.
Lo peor: El guión, un quiero y no puedo (o un pude pero no quise, como prefieran).