The Umbrella Academy es una serie que va de menos a más. Después de unos primeros capítulos algo titubeantes, más o menos a partir del cuarto la cosa empieza a coger vuelo y se convierte en una ficción muy agradable de ver, muy entretenida y, sí, tal como se ha dicho, un soplo de aire fresco en el superpoblado y muy manido universo de superhéroes donde ya cabe de todo: Universo Marvel, Universo DC, superhéroes "sueltos". Se trata de unos héroes bastante humanos, y se agradece el foco que se pone en la relación "familiar" entre ellos. Le falta algo más de profundidad e interés en los personajes de los hermanos de Vanya, ya que sencillamente no están a la altura de la violinista en interés ni fuerza dramática, y como decimos cuesta un poco que la trama arranque y enganche, pero sin duda termina haciéndolo y convirtiéndose en una serie fantástica más que recomendable.
Porque, como decimos, el espectáculo es Vanya. Vanya, de lejos el mejor personaje de la historia (junto con el adorable chimpancé Pogo), y por supuesto la monumental actriz que la interpreta, Ellen Page. Empiezan a agotarse los adjetivos calificativos para la canadiense, una intérprete soberbia a la que no se le resiste género o personaje alguno, y que en este caso se sobrepone al un terrible vestuario (¿por qué en sus últimas películas va siempre vestida tan desharrapada o como si fuera una vendedora de enciclopedias) para componer un personaje excelente que empieza como la gran "tapada" de la familia y termina convirtiéndose en la principal razón por la que la serie engancha.
Notable. Dará para más.

Lo mejor: Su evolución y el personaje de Vanya, y por supuesto la fabulosa interpretación de Ellen Page.
Lo peor: Le cuesta arrancar y enganchar.