Dejando de lado el excelente trabajo de Eusebio Poncela y Antonio Banderas, la gracia de ver a Manuela Velasco tan niña, su impactante y soberbio final y, sobre todo, la gloriosa presencia de Carmen Maura (la chica Almodóvar por excelencia, la mejor y la que más se ha adecuado a las bizarrías del director), La ley del deseo resulta una propuesta llena de la habitual pasión y arrojo del manchego más universal, pero también es una propuesta fallida. Y lo es porque avanza con un ritmo muy plomizo, es demasiado larga y se acaba por hacer aburrida. Eso sí, el personaje de Tina y su famosa escena de "Riégueme" son míticos.

Lo mejor: Carmen Maura
Lo peor: Es lenta...