Sin duda, la vida había cambiado ya para Michael J. Fox en aquel 1996. Pese a que sólo hacía 11 años que había pegado el pelotazo con su Marty McFly de Regreso al Futuro, vivía ya con el terrible diagnóstico del Parkinson y su carrera comenzaba a verse afectada. Sin embargo, pese a ello, en Atrápame esos fantasmas Fox hace la que quizás es su primera interpretación alejada de su clásica imagen de buen chico, y el resultado no puede ser mejor. Hay cierta amargura en su composición, ciertos rasgos inquietantes, y por supuesto todo esto le viene fenomenal a la cinta. Además, hace una muy buena pareja con la infravalorada Trini Alvarado.
Teniendo en cuenta la popularidad de El Señor de los Anillos y El Hobbit, ya nadie se acuerda de las cintas previas de Peter Jackson, pero es muy recomendable echar un ojo tanto a esta como a Criaturas celestiales, para ver a qué se dedicaba el neozelandés antes de emigrar perpetuamente a la Tierra Media. Agárrame esos fantasmas es una cinta adulta, muy adulta, nada que ver con Casper, aunque su argumento pueda sugerirlo, que nos remite en cierto modo al pasado gore del realizador, aunque mucho más suavizado, por supuesto.
Una experiencia inquietante y apetecible.