Es curioso cómo funciona a veces el mundo del cine.
Hace dos años, Greta Gerwig fue alabada en todo el mundo y nominada a todos los premios habidos y por haber (ganando bastantes de ellos) por una obra, Lady Bird, bastante inferior a la que hoy nos ocupa. Ahora, con esta nueva versión de Mujercitas, la película es alabada de nuevo a diestro y siniestro, pero el trabajo de Gerwig se ve ignorado.
Como decimos, es sin duda extraño y quizás obedezca solamente a que Lady Bird era una obra original y la joya indie del año, mientras que Mujercitas es claramente comercial y una nueva adaptación de la conocidísima novela de Louisa May Alcott. Y hay que recalcar el adjetivo: nueva. Porque lo que ha hecho Gerwig con la novela de Alcott, mil veces adaptada a la pantalla, es algo absolutamente nuevo y original. Con una dirección, repetimos, mucho más cuidada y pulida que en su debut hace dos años, la también actriz ha cogido una historia que ya todos conocemos y ha conseguido que parezca nueva gracias a una narración fabulosa que se centra más en las vidas adultas de las protagonistas y un montaje que va adelante y atrás en el tiempo, sin que el espectador se pierda en ningún momento. Además, es emotiva sin cargar las tintas de la sensiblería barata, y bastante más divertida de lo que cabría esperar. Mención aparte merece el diseño de producción o el vestuario, espectaculares, y la excelencia de muchas de las escenas (atención a los momentos en que aparece Tracy Letts), que da la medida de la mezcla de respeto por la fuente original y el espíritu de innovación que ha insuflado Greta Gerwig a las vidas de las hermanas March mientras aprenden, a lo largo de los años, la importancia no sólo de ser amadas, sino también de amar.
Y qué decir de cómo dirige a sus actores la protagonista de Frances Ha. Desde un adorable Chris Cooper hasta una regia Meryl Streep (aunque su personaje, en honor a la verdad, no aporta demasiado a la trama), pasando por el inagotable encanto de Timothée Chalamet como un perfecto Laurie o la maravillosa Laura Dern como Marmee (vaya años lleva en su carrera la protagonista de Parque Jurásico, gracias a Big Little Lies e Historia de un matrimonio), sin olvidar al mencionado Tracy Letts, que hace un trabajo estupendo y muy divertido, todos brillan a un nivel extraordinario. Pero, por supuesto, son las cuatro hermanas March quienes merecen ser destacadas por motivos obvios. Sin duda, Saoirse Ronan y Florence Pugh son quienes tienen más margen de lucimiento por los personajes que les han tocado en suerte, más desarrollados y con más margen para que las dos exhiban talento y carisma, que los tienen y a raudales, pero no sería justo olvidar a Emma Watson en la piel de Meg, a quien aporta su innata dulzura y talento para la simpatía, o una estupenda Eliza Scanlen y esa Beth que hace, a medio camino entre el respeto por el personaje literario y su creación propia (más adulta quizás y menos "niña florero"). Pero Ronan está tan sumamente soberbia (atención a su segunda visita a las oficinas del peródico), dinámica y carismática, y Pugh solventa tan bien el paso de la pre-adolescente Amy a la seductora mujer (una decisión acertada de Gerwig, mantener a la misma actriz toda la película), comiéndose la pantalla cada vez que aparece y con ese sarcasmo que tan bien viene a la historia, que sin duda son la irlandesa y la británica las que mas elogios se van a llevar, y será merecido. Por cierto, nota curiosa... ninguna de las cuatro actrices son estadounidenses, como sí lo son los personajes (Watson es inglesa, como Pugh, y Scanlen es australiana).
¿Qué nota se le pone a una película honesta consigo misma, que da lo que promete y que no tiene ningún defecto? Pues un 10. Sin duda, una de las mejores películas de 2019.

Lo mejor: Todo, pero muy especialmente las cuatro actrices protagonistas.
Lo peor: Nada.