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Voto de Sibila de Delfos:
6
Drama. Romance. Bélico A punto de terminar la I Guerra Mundial (1914-1918), Mathilde recibe la noticia de que su prometido es uno de los cinco soldados que, tras haber sido sometidos a un consejo de guerra, han sido enviados a la tierra de nadie que hay entre el ejército francés y el alemán, lo cual supone una muerte casi segura. A pesar de todo, emprende un duro viaje para conocer el destino de su prometido y, aunque las noticias que va recibiendo son ... [+]
3 de diciembre de 2012
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No es fácil enfrentarse al cine de Jean-Pierre Jeunet. Nunca lo ha sido.
Amelie, película de culto donde las haya, tiene tantos detractores como fans, sin ir más lejos. Y a Largo domingo de noviazgo le ocurre lo mismo.
Jeunet, fiel a su estilo y a su apuesta por lo no convencional, no filma un drama bélico-romántico al uso, sino que sigue el mismo camino que en su película más conocida. Como en Amelie, encontramos una narrativa fraccionada, mucha voz en off, y un tono a medias entre la seriedad y la bizarrería. La apuesta sale muy bien por esa parte, porque Lardo domingo de noviazgo es todo originalidad, todo riesgo, y éso es algo que hay que agradecer y valorar en estos tiempos tan adocenados. Además, Jeunet es alguien que sabe lo que hacer con una cámara, y éso se nota. La película tiene momentos de muy buen cine, de esos que ponen un nudo en la garganta (ver el flashback que cuenta la relación de Manech y Mathilde). La fotografía de Bruno Delbonnell, además, con esos tonos amarillentos, da a la película ese aire de irrealidad y cuento que desea Jeunet y que se ha convertido en clásico suyo.
El problema es que la película desea abarcar demasiado. Habla de muchos temas, presenta muchas historias, y ya se sabe... quien mucho abarca, poco aprieta. Jeunet pierde el ritmo demasiadas veces, la película se hace larga, y muchos personajes no se sabe muy bien qué hacen ahí. La película no genera la misma sensación que Amelie, en ningún momento da la impresión de estar hecha con la misma alma y corazón. Como decía antes, tiene momentos de muy buen cine, pero el tono general queda algo desprovisto de emoción y de la brillantez que sí exhibía su anterior trabajo.
Además, ahí aparecen Audrey Tautou, toda elegancia, toda expresión, con esos ojos y ese talento que las Musas le han dado (ver el final... ojalá el resto de la película hubiese tenido esa emotividad), y Marion Cotillard, arrebatadora (qué grande es, madre mía). Jodie Foster sorprende en un registro muy diferente al que nos tiene acostumbrados. Además, su historia es una de las pocas aceptables entre las secundarias.
Quién sabe, quizás se necesitan varios visionados y varios años para apreciar la película como una obra maestra del cine. El tiempo dirá.

Lo mejor: Audrey Tatou, Marion Cotillard, la fotografía y la realización de Jean-Pierre Jeunet.
Lo peor: No se centra en lo que importa (la relación de Mathilde y Manech) y quiere abarcar demasiado.
Sibila de Delfos
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