Romper Stomper se adelantó en el tiempo a otras conocidas películas sobre neonazis, como American History X, El creyente o This is England, pero es peor que todas ellas. Y lo es por una razón: no tiene guión ni historia ni personajes interesantes. Es un retrato brutal detrás de los movimientos skinheads de Australia, sí, pero detrás de ese espejo social no hay ni una sola historia de ningún personaje que merezca la pena ni que sostenga un metraje dedicado casi en exclusiva a peleas, destrozos y demás violencia. Lo mejor sin duda es un entonces desconocido Russell Crowe que, siendo casi un debutante, mostraba ya esa mirada que arrasa con todo y ese carisma y talento capaces de sostener en solitario una película entera por decepcionante que sea. Él es el que mantiene a flote la función.
Para fans del soberbio intérprete neocelandés e interesados en los relatos neonazis.

Lo mejor: Russell Crowe, espléndido a sus 27 años de entonces y ya mostrando esa fuerza escénica que tiene y ese carisma y talento inimitables.
Lo peor: No tiene guión.