Tras el exitazo de This is the end, Evan Goldberg y Seth Rogen vuelven a la carga con su socio favorito, James Franco, para el más difícil todavía: una comedia acerca de un ficticio intento de asesinato de Kim Jong-Un, dictador de Corea del Norte.
La intención es maravillosa. Hay que alabar la valentía del trío al tratar semejante tema en una película. Y menudas consecuencias ha habido, pero siempre es sanísimo reírse de las controversias y de la política. La osadía es notable, y Rogen, Goldberg y Franco se ríen de todos y de todo, pariendo a seis manos una pelícla bastante entretenida que merece ser alabada por su original y rompedora concepción.
Pero como decíamos en el título, por un lado va la intención y por otro la película. Lo primero que llama la atención de la película es lo larguísima que es. Casi dos horas para contar esta historia. Demasiado. Muy raras veces las buenas comedias sobrepasan los 90 minutos (¿verdad, maestro Billy Wilder?), y en The Interview los minutos pesan como una losa. Aunque su mayor problema es la indefinición. La cinta nunca sabe lo que quiere ser. ¿Un ataque frontal a Corea del Norte? ¿Una simple comedia al estilo Resacón en las Vegas? ¿Una de acción (atención al final)? ¿Una tierna historia de una amistad inusual (la de Dave y el líder norcoreano)? Goldberg y Rogen, encantados de haberse conocido, apuntan a todas partes y aciertan en pocas. La mezcla es tremendamente bizarra y marciana, que es de lo que se trataba, pero no arranca demasiadas carcajadas, y eso sí es un problema. Algo muy similar le salió mil veces mejor a Ben Stiller con Tropic Thunder,el precedente más claro de este cine híbrido y gamberrísimo. Además, James Franco ofrece una interpretación absolutamente irritante, gritando continuamente y pasadísimo de rosca, mucho más que Rogen.
En definitiva, una película decepcionante, inflada por la polémica y receptora de una publicidad que enmascara su verdadera calidad.

Lo mejor: La idea y el descaro con que se ha llevado a cabo.
Lo peor: Sus diferentes ingredientes encajan mal y no es ni de lejos tan divertida como se cree.