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Voto de Sibila de Delfos:
10
Ciencia ficción. Aventuras Tras vencer en los 74º Juegos del Hambre anuales, la joven Katniss Everdeen y su compañero Peeta Mellark regresan a casa. Atrás dejaron a sus amigos y su familia, teniendo ambos que participar en un 'tour de la victoria' por todos los distritos. Durante ese largo viaje, Katniss se da cuenta de que se está gestando una rebelión, pero en el Capitolio todo sigue igual y bajo estricto control del Presidente Snow, que está organizando los ... [+]
23 de noviembre de 2013
14 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de empezar la crítica en sí, es justo y de recibo zanjar un tema. La saga de Los Juegos del Hambre no tiene absolutamente nada que ver, ni argumentalmente ni cinematográficamente, con otras sagas teóricamente juveniles como Cazadores de Sombras, Harry Potter o por supuesto Crepúsculo, con quien la comparación es especialmente sangrante. Juega en una liga muy distinta, y así es porque ninguna de las sagas mencionadas u otras que hayan quedado en el tintero, con todas las virtudes que puedan tener (especialmente Harry Potter, que también nada por aguas muy distintas), soñaron jamás con tener la dimensión política y social que presenta la historia surgida de la pluma de Suzanne Collins. JK Rowling sí planteó cosas similares en su saga del chico mago, pero la política y la represión nunca fue el eje de todo, como sí lo es aquí.
Finiquitado (es de esperar) el debate absurdo, lo que importa es que En Llamas es... es... una soberbia película. No hay más. Debería ser obvio para cualquiera que la vea sin prejuicios por llevar colgada la bandera de la saga juvenil. Es adulta, hay mucha muerte, mucha sangre, y un escalofriante paralelismo con la vida que toca vivir en estos tiempos. ¿O no nos suenan el morbo televisivo, el regodeo ante el sufrimiento de otros y por supuesto la falta de libertades y la censura?
La película, dirigida con mano de hierro por un Francis Lawrence en su salsa que sabe perfectamente lo que hace (atención a su dominio del plano, el manejo de las escenas de acción y de efectos visuales y también su atención al diálogo y la maravillosa dirección de actores), es un cóctel prácticamente perfecto de muchas cosas. Es cierto que el triángulo amoroso, igual que en las novelas, sigue siendo la parte más débil de la ecuación (en parte debido a que el personaje de Gale no tiene tanta enjundia como los demás, y tampoco Liam Hemsworth, correcto a pesar de todo, puede estar al nivel superlativo del resto de actores), pero el resbalón es tan mínimo, es tan grande lo demás que se le tiene que perdonar. Porque Los Juegos del Hambre: En Llamas es pura emoción. El guión, modélico y absolutamente fiel a la novela, consigue que el espectador sea uno con Katniss, Peeta y los demás, que sufra por ellos, llore con ellos (atención a la visita al distrito 11), ría con ellos (la presentación en el ascensor y la entrevista de Johanna Mason, una apoteósica Jena Malone, o cada aparición de Effie, una Elizabeth Banks simplemente perfecta) y note el corazón en un puño cuando están en peligro. Un guión, además, que aunque no puede extenderse tanto como la novela en las historias de los nuevos personajes, da suficientes datos y escenas de ellos para lograr que el espectador tenga la reacción emocional necesaria ante ellos.
Desde el punto de vista técnico, la película presenta además enormes mejoras respecto a su predecesora, sobre todo en el campo de efectos visuales (lo más flojo de Los juegos del Hambre de Gary Ross) y vestuario, un soberbio trabajo de Trish Sumerville que hace la mitad de su trabajo también a los intérpretes. Todos los departamentos técnicos se conjugan así al servicio de la segunda hora de película, seguramente una de las secuencias más impresionantes vistas en mucho tiempo, de nuevo por la emoción que desprende y por la manera en que se ha llevado a la pantalla lo que está en la novela. Mejor no dar más detalles, pero deja con la boca abierta.
Y no se puede acabar un comentario sobre En Llamas sin alabar su reparto. Aparte de los ya mencionados, hay que destacar el enorme trabajo de Jeffrey Wright y Amanda Plummer como Beetee y Wiress, de un excelente Woody Harrelson, el siempre divertido Stanley Tucci, un encantador Lenny Kravitz, una muy mejorada y más adulta aunque breve Willow Shields, un maquiavélico y aterrador Donald Sutherland, y por supuesto los dos grandes protagonistas. Josh Hutcherson está mucho más seguro y sólido en la piel de Peeta, y sigue conservando todo su encanto, y Jennifer Lawrence... podría uno pensar que a la de Kansas, después de ganar su primer Oscar con sólo 23 años, le era suficiente poner el piloto automático y cumplir sin más porque le basta y le sobra con la adoración de los fans y la industria para triunfar. Pero no. Con esos ojos que valen un mundo y esa ilimitada capacidad de emoción, Lawrence se deja literalmente la piel en cada sonrisa, lágrima, beso y golpe de Katniss, en una actuación memorable que da una nueva patada donde más duele a la mayoría de sus compañeras de generación.
Es simple y llanamente el mejor blockbuster hecho en años. Emociona, entretiene, deja con el corazón en un puño y dice cosas sobre el mundo en que vivimos. ¿Qué más se puede pedir? Casi, o sin casi, una obra maestra, aunque este último comentario haga que muchos se revuelvan en sus sillas.

Lo mejor: Todo, pero muy especialmente la enorme tensión y el poder de emocionar que tiene, sobre todo una vez la historia vuelve al Capitolio.
Lo peor: ¿Nada? No tiene defectos, al margen de que la historia y cómo se desarrolla convenza más o menos.
Sibila de Delfos
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