Vamos a ver.
Se entiende que The Square es una parodia o ácida crítica del esnobismo y la pedantería que normalmente rodea al arte moderno (sí, ese que el ciudadano de a pie no llega a entender demasiado porque no está suficientemente "instruido"). Se entiende también que Ruben Östlund es un extraordinario director. Sin duda, lo mejor de la cinta son sus planos, casi siempre idénticos en cada escena, diagonales, con profundidad, que casi recuerdan a la técnica de, por ejemplo, Tintoretto en "El lavatorio de los pies".
Sin embargo, por muy exquisita que sea una película en lo formal y por muy bien que esté Claes Bang como protagonista (atractivísimo, además), una película que aburre hasta a las ovejas es una película que tiene un problema, y no hay vuelta de hoja. Es el caso de The Square, una película que se vuelve igual de pedante que el mundo artístico que pretende criticar, ya que la trama no engancha, no atrae, no interesa, y su duración de casi dos horas y media es sencillamente indefendible.
Mucha Palma de Oro en Cannes, pero poca sustancia real.

Lo mejor: La realización de Ruben Östlund y la interpretación de Claes Bang.
Lo peor: Es eterna y, lo que es peor, muy aburrida.