Interesante y gratísima sorpresa esta The Girl.
David Riker filma un poderoso drama acerca de la inmigración ilegal en Estados Unidos que sin embargo arroja luz sobre la situación de cualquier inmigrante del mundo y de aquellos que los ayudan a cruzar las fronteras: la soledad, el peligro, el acoso constante de las instituciones y sobre todo el miedo y el desamparo. Todo ello lo ilustra Riker con una mirada desprejuiciada, lo más parcial posible, que no demoniza a unos ni santifica a otros sino que pretende ser un fiel retrato de una situación que puede darse y se da en cualquier parte del mundo. Los diálogos son buenos, la película está bien rodada y mezcla con sabiduría entretenimiento y denuncia social mientras ahonda en el sentimiento de culpa de la protagonista y cómo este motiva su relación posterior con la pequeña inmigrante mexicana.
Por supuesto, no se puede acabar un comentario sobre The Girl sin alabar hasta el infinito la presencia de Abbie Cornish. La australiana lleva el peso de la película enteramente sobre sus hombros sin despeinarse, y más teniendo en cuenta que habla más la mitad de sus diálogos en una lengua que no es la suya, demostrando una vez más que no hay personaje ni género que se le resista. La manera en que mira, el dolor y la desesperación que transpira con su expresión corporal, el sentimiento en cada piedra en el camino que encuentra su sufrido personaje, es un regalo para el espectador. Cornish es simple y llanamente una de las mejores y más versátiles actrices de los últimos años, y así es justo reconocerlo.
Una buena película elevada (casi) a los altares por una actriz excepcional.

Lo mejor: Abbie Cornish y el acierto en el retrato de los dos lados de la inmigración.
Lo peor: Le falta un poco de ritmo y tampoco es una película que quede en la memoria como una obra maestra.