Es una de las películas de mi infancia. Con éso ya quedaría todo dicho para explicar mi devoción por ésta mítica historia, pero es que además La princesa prometida es una fantástica película.
Vista hoy, no está nada pasada de moda, con tanta fantasía épica rondando por los cines. Y ya quisiseran algunas cintas modernas, como Eragon, parecerse un poquito a esta. Transmite emoción, suspense, y sobre todo magia. Los que hemos crecido viéndola hemos temido el Pantano de Fuego a la vez que los excelentes persoanjes, hemos odiado al príncipe Humperdinck, nos hemos reído con Fezzik o el milagroso Max y nos hemos identificado con las ansias de venganza de Iñigo (mítica es también su frase, que comienza con aquello de "Hola, me llamo Iñigo Montoya..."). Y éso no se paga con dinero. La ambientación es sobresaliente, hasta el punto de no reconocer ningún país real en ésos parajes. Es simplemente Florín. Y ésto es algo que, a mi juicio, sólo han conseguido otras dos películas: La Historia Interminable y El señor de los anillos.

Lo mejor: Todo
Lo peor: Nada