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Voto de Sibila de Delfos:
7
Aventuras. Drama Narra la historia de Moisés (Christian Bale), un hombre de extraordinario valor que desafió al faraón Ramsés (Joel Edgerton) y liberó a 600.000 esclavos, que protagonizaron una épica y peligrosa huida a través de Egipto en busca de la Tierra Prometida. (FILMAFFINITY)
6 de diciembre de 2014
29 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Contra todo pronóstico, el principal problema de Exodus: Dioses y reyes no es el boicot de los sectores cristianos, judíos o musulmanes más tradicionalistas, como le ocurrió hace unos meses al Noé de Darren Aronofsky. Esta vez Ridley Scott tiene el enemigo en casa.
Scott, especialmente en su faceta épica, es un director obsesionado con evitar los convencionalismos y ofrecer una historia al público con un envoltorio diferente. Una historia más o menos original, o incluso una historia que todo el mundo conoce, como la de Moisés y el Éxodo, pero presentada de una forma que no sea la de siempre y que suene a nuevo. Scott quiere evitar los convencionalismos y los tópicos a toda costa, quiere quitar protagonismo a las batallas y poner a los personajes a hablar y a desarrollar su arco dramático, quiere que las historias de amor no monopolicen todo y sean un simple complemento que, a lo mejor, tiene incluso un peso mínimo en la trama. Es una intención de lo más encomiable y hay que agradecerle al responsable de Blade Runner que no quiera pasar por el aro de lo adocenado, de lo fácil y de lo mil veces visto. Todas esas características se aprecian en El reino de los cielos (una obra maestra en su versión extendida, que es la auténtica y verdadera), Robin Hood (excelente) e incluso en la muy denostada Prometheus (esa película que es mala porque, ¡oh!, es que no es Alien 5 y hay científicos cometiendo errores de principiante, como en el 99% de películas con bicho, por otra parte), y también están en Exodus. Sin embargo, esta vez a Scott se le ha olvidado que la razón por la que Gladiator fue el éxito que fue y sigue siendo adorada hoy por millones de personas no es su factura técnica, su estilo visual o su entretenimiento (y en todo ello es excelente). Gladiator es el clásico que es porque emociona. Porque emocionó a la gente. Tópica y maniquea como era, mucho menos interesante dramáticamente que El reino de los cielos, la historia emocionó a la gente con su poder emotivo y humano.
Exodus no tiene nada de eso. Es más, es fría como el hielo en gran parte de su metraje. Y lo es porque los personajes no tienen desarrollo, porque Scott pasa de puntillas por temas que hubieran necesitado de más minutos para conmover al respetable (ver el fugaz tratamiento del romance entre Moisés y Séfora, una muy correcta María Valverde que habla un inglés mucho mejor que otras ilustres españolas en Hollywood... y no miro a nadie, Pe) y porque hay grandiosidad y épica pero esta no se traduce en emoción en el público. Scott ha intentado tantísimo no caer en los mismos tópicos de siempre que ha terminado haciendo una película monumental en lo visual pero mínima en lo dramático. No hay más que ver el tratamiento del personaje de Sigourney Weaver. ¡Una actriz de tamaña magnitud para un personaje que tiene dos escenas brevísimas! Lo mismo se puede decir de Ben Kinglsey. Y hay que reconocer que esta misma historia la contaron con mucha más emoción y emotividad ya no sólo Cecil B. DeMille, sino DreamWorks en su excelsa El príncipe de Egipto.
Sin embargo, muy ciego hay que estar para decir que Scott está ya mayor, que no dirige bien o que la película es un absoluto fracaso. No es cierto. Scott sigue siendo un superdotado en su realización. Muy pocos podrían rodar una película así con tantísima elegancia y sabiduría (ver el viaje de Moisés cuando es desterrado). El aspecto visual es sin duda lo mejor de la película. La recreación de Egipto es apabullante, los efectos visuales dejan con la boca abierta y todo el trabajo técnico, a cargo de veteranos de Gladiator, rezuma perfección. Además, la película gana muchos enteros una vez Moisés, gran Christian Bale, se convirte en líder. Secuencias como la de las plagas, la tragedia de los primogénitos o por supuesto el paso del Mar Rojo son simple y llanamente extraordinarias, así como la conversación entre Moisés y Josué nada más cruzar el mar o el reencuentro del líder con su mujer e hijo. Ahí sí logra la película por fin la emotividad necesaria. Además es entretenida y cuenta con un buen trabajo de los actores.
Es buena, pero podría haber sido gigante.

Lo mejor: El aspecto visual de la cinta. Se diga lo que se diga, Scott sigue siendo uno de los mejores directores del mundo. Y toda la secuencia de las plagas y el paso del Mar Rojo.
Lo peor: No existe el desarrollo de los personajes secundarios, no emociona salvo en contadas ocasiones y en su primer tercio las escenas parecen mal acabadas (ver la muerte de Seti o la conversación entre Moisés y Ramsés junto a las serpientes).
Sibila de Delfos
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