El slasher se había puesto de moda en 1978 gracias al éxito de La noche de Halloween, un absoluto clásico del terror, y la inferior Viernes 13, y todavía tendría más repercusión en 1984 gracias a Pesadilla en Elm Street, el debut de Freddy Krueger y sus manos de cuchilla en la gran pantalla.
Así pues, había mucha intención de continuar con la fórmula, con mayor o menor acierto, y Prom Night fue una de esas películas "derivadas". Intentando sacar partido de la presencia de Jamie Lee Curtis, la original y mejor "scream queen" del género, Prom Night intenta ser aterradora mediante escenas muy sangrientas, pero no lo consigue. No hay tensión en la historia, ni en las muertes, ni en prácticamente nada. Se deja ver, porque además es muy corta, pero no aporta nada ni resulta demasiado interesante ni siquiera para los que sean más fans del slasher.
No merece mucho la pena.

Lo mejor: Su estilo netamente ochentero, con cierto encanto.
Lo peor: No es buena. Sin más.