Gus Van Sant en una de las escasas ocasiones en las que hace algo comercial, y con mucho mejor resultado que en su malhadado remake-plagio-copia de Psicosis en el 98.
Con un guión, como es bien conocido, escrito por Matt Damon y Ben Affleck, El indomable Will Hunting daba una nueva vuelta de tuerca al manido esquema de profesor/alumno con problemas, y lo hacía gracias al excelente trabajo de Damon y sobre todo de un oscarizado Robin Williams, siempre mucho mejor actor dramático de lo que su público de comedia pensaba. Tiene escenas que permanecen en la memoria, tiene una buena realización de Van Sant y tiene un agradecido toque nostálgico de la enseñanza de toda la vida y de la superación de los problemas gracias a la aceptación de las propias emociones y problemas.
Sin embargo, la cinta es demasiado larga, los diálogos del grupo de amigos de los Affleck (Ben y Casey) y Damon necesitan re-escrituras urgentes, y la relación romántica entre los personajes de Damon y Minnie Driver es convencional y no termina de resultar emotiva.
En definitiva, un notable drama que sin embargo no alcanza el sobresaliente.

Lo mejor: La pareja protagonista y la fuerza de algunas escenas, como aquella en la que Will resuelve el enigma matemático de la pizarra.
Lo peor: El exceso de metraje y el exceso narrativo.