Cuando lo que más se recuerda (o lo único que se recuerda) de una película es a Halle Berry saliendo del mar en bikini a lo Ursula Andress, algo no se ha hecho bien.
¿De verdad alguien recuerda algo más de Muere otro día? El último Bond de Brosnan, más allá de su despliegue de efectos, ruido, persecuciones y sonido, no aportaba gran cosa. Quizás es que se deberían hacer menos películas de 007, no sé. La fórmula se agota y pasa un poco como las películas de Woody Allen: hay tantas que no siempre puede salir algo bueno.