Recuerdo ir a ver Los Increíbles y terminar llorando de la risa con la combinación de la oveja dando saltitos y bailando por el campo al son de los inspirados y muy divertidos versos que acompañan desde la narración.
No es el mejor corto de Pixar, no es maravilloso, pero sin duda es muy divertido y una rara avis dentro de la producción de cortos de la casa de Luxo.