Peter Bogdanovich ya demostró en 1992, con su excepcionalmente divertida ¡Qué ruina de función! su especial sensibilidad y habilidad para retratar el mundo del teatro con mucho humor y también con enorme respeto y cariño por las tablas.
En Lío en Broadway vuelve a presentarnos una cinta francamente simpática y divertida que, como decimos, es una auténtica oda al teatro, a lo que pasa en el escenario y también fuera, retratado siempre desde el humor y la simpatía, sin duda las mejores virtudes de la cinta. Buena parte de ese gran humor que despliega Lío en Broadway corre a parte de Kathryn Hahn, una excepcional actriz tanto en comedia como en drama, una auténtica "robaescenas" que cada vez que aparece en pantalla se hace con la escena. Sin embargo, no podemos olvidar a Imogen Poots, que también ha demostrado ya tener un notable talento cómico (no se la pierdan en La mejor defensa es un ataque), Will Forte (que estuvo fabuloso en Nebraska) o, poniendo la nota más popular, un Owen Wilson más comedido que de costumbre o una Jennifer Aniston a quien siempre es un placer ver cuando sale de su eterna espiral de insulsas comedias románticas.
En definitiva, una película de lo más entretenida y divertida, y muy adecuada para todos los amantes del teatro y la alta comedia.

Lo mejor: Es muy simpática, hace reír, profesa amor eterno al teatro, y Kathryn Hahn está soberbia.
Lo peor: Nada en concreto. Es lo que es.