American Outlaws es una película medianamente entretenida y bien hecha, en la que actores como Kathy Bates, James Caan o un jovencísimo Colin Farrell le ponen ganas y entusiasmo al asunto.
Pero no es un western. Y desde luego no es una buena película.
Primero y principal porque los diálogos son, en muchas ocasiones, de vergüenza ajena de lo estúpidos que son, y no existe ningún tipo de profundización en los personajes. Y no me digan que no canta por soleares Ali Larter como la futura Zee James, tan guapa, pulcra y estupenda que parece salida de un catálogo de moda. En general el aspecto de todos los actores es demasiado contemporáneo, aunque al menos con los hombres han tenido el detalle de ponerlos más sucios y rudos. Pero claro, qué se puede esperar de una película del Oeste que tiene como tema principal de su BSO una canción electrónica de Moby...
Para pasar el rato y poco más.

Lo mejor: Es entretenida.
Lo peor: Tantas cosas...