Y no lo digo por Helen Mirren, que está soberbia, dando humanidad y cercanía a un personaje real (lo que hace su interpretación mucho más difícil) que normalmente se ve rodeada por el escándalo.
Lo digo porque, al margen de la presencia de la actriz y de los demás miembros del reparto (geniales Sylvia Syms como la reina madre y James Cromwell como el duque de Edimburgo, correcto Michael Sheen como Tony Blair), la película no es más que un correcto entretenimiento demasiado parecido a un telefilme de sobremesa como para resultar inolvidable. Las nominaciones que recibió a mejor película, director y guión me parecen, pues, excesivas. Éso sí, es tan corta que no da tiempo a sentirse estafado.

Lo mejor: Los actores, destacando irremediablemente Helen Mirren.
Lo peor: Que no es más que una cinta del montón,