Westworld es una serie más que notable, o incluso sobresaliente, en lo que a producción e intenciones se refiere.
Tiene lujo por todas partes, y las escenas en el parque temático son un gustazo para la vista (especialmente para quienes amen el western). Además, cuenta con un puñado de buenísimos actores. Qué decir a estas alturas de Sir Anthony Hopkins, Jeffrey Wright o la enorme Evan Rachel Wood, y qué grata sorpresa descubrir nuevas facetas de Thandie Newton o Rodrigo Santoro.
Sin embargo, Westworld no traduce ese nivel de producción en un guión interesante, que enganche, conmueva y electrice al espectador. El tema de los humanos vs la inteligencia artificial está ya más visto que el tebeo, y el asunto (desgraciadamente) muy de actualidad de dónde están los límites de lo que una persona puede hacerle a otra también lo hemos visto ya en otras ficciones (The handmaid's tale, sin ir más lejos). La trama no engancha, no emociona, no consigue que tengas ganas de seguir viendo las aventuras de Dolores y compañía. Una lástima.

Lo mejor: El nivel de producción (que luce muchísimo sobre todo cuando la acción se centra en Westworld) y los actores.
Lo peor: No engancha ni emociona