Juan José Campanella, antes de alcanzar la perfección con El secreto de sus ojos, se dedicó a fabricar comedias encantadoras, dulces y perfectas como el hijo de la novia. Quizás porque a nadie se le había ocurrido antes centrar la historia en el amor entre dos ancianos muy ancianos, Campanella se mete en el bolsillo al público con su mezcla de humor, amor y relaciones paterno-filiales.
A destacar el excelso trabajo de Héctor Alterio (todo corazón, con esos ojos tan expresivos) y Norma Aleandro. Ricardo Darín y Eduardo blanco empezaban ya a mostrar al público mundial su gigantesco carisma y su fantástica sociedad con Campanella.
En definitiva, una pequeña maravilla.

Lo mejor: Los actores y la perfecta conjunción entre romanticismo, drama y comedia.
Lo peor: Nada.