Puede que vista hoy Farmacia de guardia resulte un tanto inocente en su forma y sus planteamientos, y desde luego que ha sido superada en todo por otras ficciones posteriores, pero hay que reconocerle un enorme encanto, un estupendo balance entre comedia y drama, un acertado retrato de la vida cotidiana de los españoles de entonces (de ahí su extraordinario éxito popular) y sobre todo haber sido una de las primeras series de carácter más profesional y más trabajado de nuestro país.
Un gran recuerdo para una muy buena ficción televisiva.

Lo mejor: Lo simpática que era y su atención al desarrollo de los personajes, interpretados por actores de lo más convincentes.
Lo peor: En realidad nada, salvo que ha sido ampliamente superada después por muchas otras series.