Ahora sí que no. LADC. AL no supo (o no quiso) recoger la herencia de su predecesora. Cierto es que tampoco era mucha, pero al menos era entretenida y divertida. Ésta ya ni eso. La autoparodia de la primera ya roza aquí el ridículo. En serio, hubo momentos en que sentí vergüenza ajena. Además, pierde a Bill Murray (por eso de llevarse a matar con esa fiera que debe de ser Lucy Liu), que siempre animaba la función con su presencia, y gana a una Demi Moore que parece pasárselo de maravilla y que tiene las pocas frases inspiradas del guión escritas para ella. Y su estructura, llena de guiños a otras películas, acaba por resultar repetitiva. Vamos, que es bastante mala.

Lo mejor: Demi Moore, la canción de Pink y Rodrigo Santoro (aunque no por su trabajo como actor).
Lo peor: Cameron Diaz, Drew Barrymore, Bernie Mac y la insoportable absurdez del guuión.