El graduado es una joya. Ni más ni menos.
De vez en cuando aparecen películas en las que todo funciona: actores, ritmo, banda sonora, personajes, argumento, temas principales... El graduado es una de esas películas. No hay ningún defecto realmente en la segunda película de Mike Nichols, porque es un modelo de historia bien narrada, de personajes profundos y complejos, de actores dedicados a la causa y en estado de gracia (vaya pareja forman Dustin Hoffman y Anne Bancroft... pocas parejas cinematográficas ha habido como la suya), de realización y técnica cinematográfica (atención a la fotografía, casi de thriller), de trama romántica mezclada con celos, de valentía por afrontar en los años sesenta una historia de carácter tan marcadamente sexual y atrevido. Un modelo de todo lo bueno, vaya, porque esta película es muy buena. Diálogos para el recuerdo, multitud de momentos míticos y la música extraordinaria de Simon y Garfunkel.
Una obra maestra.

Lo mejor: Todo. Es una de esas películas en las que todo funciona prácticamente a la perfección
Lo peor: Nada en realidad