Sabe Dios por qué Jennifer Aniston ha llevado la carrera que ha llevado hasta ahora.
Por alguna razón que escapa al entendimiento, la otrora estrella de Friends se ha empeñado en encasillarse dentro de la comedia romántica, cuando siempre que ha podido ha demostrado que tiene talento para mucho, muchísimo más. The Good Girl es quizá la prueba más palpable. Aniston está simplemente soberbia en la piel de Justine, expresando sus contradictorias emociones con una mirada que vale su peso en oro, todo fragilidad y a la vez fortaleza.
The Good Girl es una excelente comedia dramática (o drama con toques cómicos) que aporta una enorme frescura. No es lo que estamos acostumbrados a ver, tiene un aire auténtico, de originalidad absoluta dentro de este adocenado mundo cinematográfico en el que vivimos. A pesar de las muchas historias de infidelidades que nos ha dado el cine, el romance adúltero de Justine y Holden tiene algo que engancha, porque está contado por Miguel Arteta de una forma muy novedosa y brillante. Arteta no pierde el tiempo, y con apenas unas pocas escenas en los primeros diez minutos, nos dibuja perfectamente quién es su protagonista, por qué su matrimonio es un desastre y por qué se ve atraída por Holden. Los diálogos son excelentes, vibrantes, ácidos, divertidos y sorprendentes, y eso es francamente difícil de encontrar hoy en día.
Si además a esto le sumamos las presencias fascinantes de Jake Gyllenhaal y John C. Reilly, que bordan los matices de sus personajes (el delirio y la necesidad de ser amado del primero, y la desidia y debilidad del segundo), The Good Girl se convierte en una más que agradable sorpresa que merece ser vista y apreciada.

Lo mejor: Jennifer Aniston, John C. Reilly y Jake Gyllenhaal.
Lo peor: La voz en off no hacía demasiada falta y ralentiza la acción.