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Voto de Sibila de Delfos:
9
Drama. Romance Varias personas se cruzan de forma azarosa e incluso peligrosa en los parques, piscinas y calles de su barrio. Una madre aburrida (Kate Winslet) se hace amiga de Brad (Patrick Wilson), un hombre que se ocupa de la casa y de su hijo mientras su mujer (Connelly) trabaja. Larry (Noah Emmerich), un amigo de Brad, empieza a inquietarse por la presencia en las calles de un pedófilo recién salido de la cárcel (Haley). (FILMAFFINITY)
11 de mayo de 2008
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Érase una vez un país que se creía el ombligo del mundo, cuando en realidad estaba lleno de perversión y fallos. Vamos, como cualquier otro país del mundo.
Ésto es más o menos lo que viene a decir Todd Field, y por ende también Tom Perrotta, con Little Children (me niego a llamarla Juegos secretos). La película es más que una crítica a la hipocresía americana. Es un puñetazo en su cara, un grito desesperado. Es un retrato realista de las miserias de unas personas que lo tiene todo y más en esta vida, y que debido al trabajo y la incomunicación, se ven empujados a la infidelidad, el egoísmo e incluso el crimen. Al fin y al cabo, la idea no es nada novedosa. American beauty (curiosamente dirigida por Sam Mendes, ahora marido de Kate Winslet) ya trató los mismos temas en 1999, pero lo hizo con mucho más humor y, a la postre, más trascendencia. Si hay una única pega que se le puede sacar a la película de Field es que al final no acaba por resultar tan importante para el espectador como pretende. en otras palabras, te deja más indiferente que la obra maestra de Mendes. Pero éso no quita para reconocer a Little children como una de las mejores películas de ese excepcional año 2006.
Mención aparte hago a los actores protagonistas, todos excelentes: Patrick Wilson, extraordinario en su papel de hombre frustrado; Jennifer Connelly, desaprovechada por su carencia de metraje, pero impagable cuando la dejan lucirse (como en la escena en que adivina el "secreto" de su marido); Jackie Earle Haley, perturbador e inquietante en una interpretación soberbia que habría merecido el Oscar de no ser por ese abuelo yonqui de Alan Arkin; y Kate Winslet, la gran Kate Winslet, que ya podría estar leyendo las Páginas Amarillas y seguiría siendo extraordinaria. El cómo consigue destacar y comerse la pantalla incluso cuando no lo pretende (como en Quills o aquí) merecería que le crearan un Oscar permanente para ella sola.

Lo mejor: La apabullante sordidez de la trama, que atrapa al espectador, y los actores, en especial Kate Winslet y Jackie Earle Haley.
Lo peor: No es una obra maestra y el final es quizás demasiado excesivo.
Sibila de Delfos
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