Gangster Squad es, sencillamente, una película fallida.
Sin duda, no es un horror. Resulta entretenida, tiene actores bastante buenos y conocidos, permite disfrutar de la química entre Ryan Gosling y Emma Stone por segunda vez (la primera fue Crazy Stupid Love y la tercera sería ya la mítica La La Land), y no ofende en absoluto. Sin embargo, queda la sensación de que se podría haber sacado mucho más jugo a la propuesta, porque se queda corta en todo: ritmo, interés de los personajes, narración (la relación entre Wooters y Faraday es demasiado rápida en sus inicios), maquillaje (la cara de sean Penn...) y contundencia. O dicho de otro modo: una trama así pedía a gritos ser más valiente con la violencia en la pantalla. Es demasiado blanca, demasiado blanda, no se atreve a ir al límite y desperdicia el atractivo que siempre tienen las historias de mafiosos y policías.
Lo sentimos, Ruben Fleischer. No todo el mundo puede ser Curtis Hanson y su magistral L.A. Confidential.