Pese a contar con algunas grandes películas en su haber (Primera plana, El gran carnaval, La sombra del poder, etc) no estoy muy segura de que el periodismo haga buena pareja con el cine. Es difícil plasmar el dinamismo de su redacción y que la película sea entretenida y contenta personajes interesantes sobre los que queramos saber más. O se centra en lo periodístico o en lo humano, pero tener ambas cosas es complicado, incluso cuando tienes a Meryl Streep (extraordinaria; atención a cuando recuerda la muerte de su marido y su entrada en el periódico) y a Tom Hanks (mejor de lo que ha estado en años) en pantalla para defenderlo.
Los papeles del Pentágono es una película notable porque está rodada con gusto y con una técnica impecable (¿de qué otra manera podría ser, si estamos hablando de Spielberg?), escrita con inteligencia y actuada con brillantez, pero no es una cinta apasionante. No llena. No cambia la vida de nadie que la vez, o eso creo yo. Le falta emoción, más personalidad en los roles principales y secundarios, más implicación del espectador con la historia que se le está contando. Es muy correcta en su forma, pero fría en el fondo.
Un problema que también tenía El puente de los espías. Raro, si tenemos en cuenta que dirige el mismo que nos enseñó que hasta la ciencia-ficción podía ser tierna y tener alma.