Después de su celebradísimo debut Tres días con la familia, Mar Coll regresa a la gran pantalla con un trabajo que la sitúa a la cabeza de los nuevos valores cinematográficos de nuestro país.
Tiene Todos tenemos lo mejor para ella algo de la futilidad y nihilismo de Las Horas por su retrato de la soledad, extrañeza y comportamiento errático de una mujer a la que un acontecimiento trágico le hace ver que su vida, en realidad, no le gusta y poco a poco va sintiendo la necesidad de escapar. Como tal la película cumple perfectamente su objetivo de presentar tan singular realidad, la del vacío existencial y necesidad de combatirlo, y lo hace además sin juzgar en ningún momento a Geni, la protagonista, lo cual es de lo más meritorio. Coll no nos dice lo que hemos de pensar sobre su personaje, sino que nos lo presenta con todas sus aristas, apoyada en la sobrenatural interpretación de Nora Navas, para que sea el espectador quien decida si comprenderla y respetarla en sus actos o no. Tiene además la realizadora catalana dos grandes aciertos que hay que mencionar y que ayudan a paliar los defectos que también tiene la propuesta (principalmente un metraje extendido en exceso, como también le pasaba a otra de las grandes películas españolas de 2013, La herida, y la sensación algo errática que transmite la narración durante su primera hora). El primero es la propia realización. Miren por favor la escena en que Geni conduce por la carretera, con esos planos desde el interior del vehículo, y no me digan que no les recordó al maestro Hitchcock con esa tensión tan bien conseguida. Y el segundo es toda la media hora final, absolutamente excelente y llena de momentos memorables, como la visita de Geni a la casa del personaje de Valeria Bertuccelli o la secuencia final en el hotel.
Unas palabras más para acabar sobre el trabajo de Navas. Es su caso un poco como el de Marian Álvarez en la citada La herida. No solo no exagera ni se pasa nada, sino que acomete un dificilísimo personaje desde la verdad más absoluta, sin aspavientos, con pura y dura sinceridad y naturalidad. Solo queda desear lo mejor para ella en el futuro, aunque seguro que no le va a hacer falta. Es una de las grandes de nuestro cine.

Lo mejor: Nora Navas y la última media hora.
Lo peor: Hubiera podido ser un corto y no habría pasado nada.