Excelente debut en el largometraje de Pilar Palomero, joven realizadora que aquí consigue convencer en cada una de sus propuestas.
Narra de forma interesante y nada aburrida una dura historia donde las mentiras, obra de una soterrada represión de una época en la que todavía los estertores del nacionalcatolicismo castraban los sueños e ilusiones de millones de ciudadano/as, no dejando emerger la verdad, una verdad sencilla pero dolorosa que una vez descubierta enseña el camino de la libertad al ser humano.
Palomero consigue de sus jóvenes actrices, todas ellas, magníficas composiciones, naturales, creíbles, sin dobleces, pero con muchos matices. Así como también del resto del reparto, con Natalia de Molina de nuevo sobresaliente y una excelente Francesca Piñón (la adorable y eficiente Angustias de "El Ministerio del Tiempo".
Miradas, silencios, secretos, juegos, pequeños detalles que indican la personalidad y el modo de vida de los personajes, están descritos con inteligencia, sensibilidad y gusto cinematográfico.
El prólogo y el epílogo son ejemplos de espléndido cine, conmoviendo de veras y pese a su dureza y tristeza interna, nos enseñan el camino a la esperanza.
A mí me ha gustado mucho, aunque reconozco que los primeros minutos han requerido algo de mi paciencia por su ritmo y situaciones en apariencia dispersas, pero luego me ha parecido exquisita.

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