Mediocre segunda aventura de Manuel Sánchez, alias "Cuchillo", que tras la estupenda "El halcón y la presa", del mismo director, el estimable Sergio Sollima, pretendió reverdecer los laureles que dos años antes había conseguido con crítica y público de acuerdo.

Sin embargo, el resultado es mediano, resulta algo penoso el desarrollo, alargado en exceso y falto de imaginación, aunque se salvan, una vez más, las partituras musicales del ínclito y seguidor (también algo copión) de Ennio Morricone, Bruno Nicolai. Una música bonita y que recuerda en exceso al maestro, pero junto a la brillante fotografía y algunos trabajados encuadres de Sollima, el resto es pasar los minutos con algún momento afortunado como el duelo del mercenario con el protagonista, uno con dos pistolas al cinto y el otro con un cuchillo que le "presta" su novia y coge al vuelo.

No es una buena película, y tampoco aporta prácticamente nada al western europeo, pero la verdad es que no molesta y por supuesto que las hay peores. Lo que ocurre es que es muy inferior a su predecesora.

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