"Hay un montón de cosas que decir sobre hacer reír a la gente... ¿Sabías que eso es todo lo que les queda a algunas personas?"

Vista dos veces en mi vida, recuerdo bien que la primera la vi en casa, con mis aitas y mi hermano, al calor del hogar y que pensábamos que era de risa y sí te ríes pero también nos sorprendimos, muy gratamente al comprobar que tenía sus dosis de dramatismo.
Y esto fue lo que pensé de ella:

"Muy buena película, quizás la mejor de Sturges.
Plena de sentimiento y generosidad hacia el ser humano, el director combina sabiamente los momentos cómicos con los dramáticos (que son intensos de veras).
El guión, sin un fallo, y la interpretación de todos y cada uno de los/las intérpretes, hacen que no haya pasado de moda.
Una película recomendable por ser positiva".

Y viéndola ahora, el 1 de diciembre de 2021 pienso lo mismo, pero me sorprendo y admiro de ciertos elementos, que los tenía semiolvidados.
El primero es la impresionante escena de la entrada de los presos al cine (en realidad un parroquia religiosa), con sus cadenciosos pasos y sus cadenas en los pies.
Y lo segundo, la divertidísima escena de la persecución del autocar y del "tanque" donde van el protagonista y un niño de 13 años, que lo conduce. Un prodigio de montaje, que causa hilaridad.
Me ha vuelto a gustar pese a saber, más o menos, el desarrollo de la historia, y creo que ver cada X años este film, supone un aumento de la moral.
Recomendable cien por cien, un clásico de la comedia norteamericana, sin duda.

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