Irregular pero simpática comedia de intriga y psycho killer, que no tiene más pretensión (según las propias palabras de su realizador, el bueno de Dani Caneiro) de hacer pasar un rato lo más entretenido posible. Una gamberradita hecha con poco dinero pero muchas ganas y cariño.

Y creo que lo logra por cuanto, quitando algún bajonazo de ritmo en algunas escenas, en líneas generales se sigue bien, a gusto, resultando amena. No es ninguna obra maestra ni lo pretende, pero es digna y honesta, está bien filmada y los intérpretes se lo pasan bien (o al menos eso parece).

No tiene mucho más que contar, si exceptuamos la buena fotografía de Daniel Benejam, pero no deja mal recuerdo tras su visión.

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