La verdad es que no tengo nada nuevo que decir que no haya mencionado en las otras reseñas que he hecho de películas de Farhadi: buen guion, sencilla, tremendamente humana, bien rodada, sobría…Lo que quiero expresar en esta crítica no es tanto cuánto me ha gustado esta película como cuánto admiro a este realizador y lo contento que estoy de que aun me queden películas suyas por ver. Si aun no le has echado un ojo, te lo recomiendo encarecidamente.

Referente a la película que nos ocupa, y en comparación con otras, debo decir que esta me ha parecido menos redonda en algunos aspectos de verosimilitud, pero sigue teniendo un pulso magistral para ir dosificando la información y para que la trama se complique gota a gota hasta el colapso. Tiene algunas interpretaciones soberbias y una realización muy refrescante y fluida. Es posible que se pudiera haber exprimido más algunas situaciones, o retorcerla aun más, pero eso solo sería hacer conjeturas a toro pasado que posiblemente empeorarían el resultado.

Lo que sí es importante mencionar, es que de todas, es en la que más se nota la diferencia con una cultura como la iraní para entender el comportamiento de los protagonistas, que, a veces, y sin entender lo que significa realmente ser temeroso de Dios, nos pueden resultar extraño.