Impresionante film sobre poker, donde TODO absolutamente TODO es una partida. Entramos en un mundo casi de fantasía, en un reducto donde el juego, el poker, las apuestas lo son todo, donde cada uno tiene su jugada y se echa sus faroles, incluso el que no quiere. Espectaculares Steve McQueen y de Edward G. Robinson interpretando unos roles muy bien construidos. Sin olvidarnos de Ann Margret consiguiendo una de las presencias femeninas más perturbadoras de la historia y a Tuesday Weld dotando al film de una dimensión más.

Fuera de las increíbles interpretaciones tenemos un film realizado con un gusto exquisito, donde la ciudad es otro personaje de la película y las partidas de poker se viven como si se estuviera sentado y apostando en la mesa de juego. El guión sublime, uno de esos que te hacen ser mejor persona, donde varias tramas sutilmente entrelazadas trabajan para un mismo concepto, para un mismo mensaje narrado mediante un subtexto muy sutil, elegante y propiamente no explicado; ahí esta para el que quiera entenderlo, para quien no, seguirá siendo una película realmente notable.

Imprescindible película para los amantes del juego y de los valores humanos. Una película que tiene todo para ser un 10, menos una cosa, que no es "el buscavidas".