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España España · Madrid
Voto de Rekerey:
6
Romance. Comedia Cuando Sandy (Catherine Zeta-Jones), una sexy madre de 40 años, descubre que su marido la engaña, su mundo aparentemente perfecto se viene abajo. Sin pensárselo dos veces, se traslada a Nueva York con sus dos hijos con ánimo de rehacer su vida. Allí, conoce a Aram (Justin Bartha), un encantador licenciado universitario de 24 años que trabaja en la cafetería bajo el apartamento que alquila Sandy. Cuando Sandy encuentra trabajo, le pide a ... [+]
2 de agosto de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es fácil enmarcar “Mi segunda vez” en un género concreto, la comedia romántica. Como buena película de género cumple las expectativas que el espectador busca: una presentación separada de los personajes que claramente acabarán siendo pareja, una intercalación de escenas altamente edulcoradas con pequeñas, a menudo absurdas, dificultades, etc. Chic@ conoce chic@, pero a primera vista su amor es imposible.

Lo más interesante no es, lógicamente, como se ajusta este largometraje al género cinematográfico, sino como refleja los dos grandes géneros de la humanidad: el masculino y el femenino.

Acostumbrados estamos ya a nuevas representaciones de la feminidad Hace tiempo que “las princesas”, triunfan laboralmente, llevan el control de su vida y parecen sexualmente liberadas. Al final de la película la mayoría siguen descubriendo que tanta libertad las alejaba de su verdadera vocación maternal y que un pene es lo único que necesitan, pero ese es otro tema. Lo que sí es una novedad en este film es la nueva representación de la masculinidad. El patriarcado, en todas sus formas, está tan implantado en nuestra sociedad que nos cuesta saber qué definición se ha salvado de sus garras. Un hombre del que su exnovia se aprovecha, que trabaja para una mujer mayor que él renunciando a un lucrativo puesto y sobre todo que tiene un interés muy fuerte en la paternidad, es, cinematográficamente hablando, o un metrosexual que esconde su verdadera cara de macho machote o un pagafantas.

Sin embargo, ahora que las mujeres han sabido modernizar el concepto de lo femenino y están luchando por sus justos derechos como madres, pero también como trabajadoras o ciudadanas, ha llegado el momento de que los hombres se libren de la carga que, también para ellos, supone el modelo patriarcal. Buscando un enriquecimiento afectivo, que puede pasar por la igualdad dentro de la pareja y el trabajo o la necesidad de ser padre y vivir esa paternidad, sin dejar de ser un HOMBRE con todas las de la ley.

Esta película retrata sin complejos ni chascarrillos a un personaje que representa otro posible, que no único lógicamente, modelo de la masculinidad, y además en un tipo joven, un hombre del mañana. Me sigo quedando con ganas de ver a este personaje en situaciones más complejas, realistas y reveladoras de las que presenta el género de la comedia romántica, y dejar de ver cintas falsamente sesudas rebosantes de estereotipos.

Quizá, al igual que encontramos mensajes revolucionarios sobre la sexualidad o la política escondidos en las férreas historias de género Ci-fi de la Universal en los años 40, podamos encontrar en estas películas de escaso valor cinematográfico, lecciones sobre el desarrollo de una sociedad condenada, gracias a dios, a redefinirse una segunda vez.
Rekerey
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