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España España · Madrid
Voto de Pakosky:
6
Intriga. Drama En 1972, dos jóvenes periodistas del diario The Washington Post, Bob Woodward (Robert Redford) y Carl Bernstein (Dustin Hoffman), comienzan a investigar lo que parece ser un simple allanamiento del cuartel general del Partido Demócrata en Washington. Sus descubrimientos desencadenan el llamado 'caso Watergate', que provocó la dimisión del presidente Richard Nixon. (FILMAFFINITY)
9 de agosto de 2010
37 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los norteamericanos, que poseen la industria de propaganda más fuerte desde el Tercer Reich, se lo han montado como nadie para hacernos creer al resto del mundo que sus problemas son los de todos, y que cuando sacan su propia basura le están haciendo un favor a la humanidad entera... Vale. Tal vez eso sea lo más molesto de esta cinta -que es no obstante muy digna- pues en el fondo cuenta algo tan tonto como un burdo tejemaneje económico-político. Nada que no haya pasado cien mil veces a lo largo y ancho del mundo, pero con la salvedad de que este caso, por una vez, "el bien" al que encarnaron los intrépidos Woodward y Bernstein, triunfó. Y "el mal", Nixon y sus secuaces, tuvo que liar el petate.

Pakula quiere interferir poco y viste esta "true-movie" tipo "la humanidad en peligro" con un aire marcadamente documental muy apropiado al evento. Y los actores, desde el tandem protagonista al perfectamente hierático Jason Robards, están muy bien en lo suyo. El problema grave es el guión, que no marcha al ser un monumental complejo de enredos y desenredos construidos con informes dosificados mediante conversaciones a medias, mucho teléfono liante y diálogos obstinadamente oscuros entre los actores que hacen, a ratos, que todo sea indigesto en extremo.

Este jaleo se debe, claro, al hecho de que se nos quiere contar ante y sobre todo una película de periodistas, acerca del fluir de la investigación periodística, la libertad de prensa y su importancia en el Estado de Derecho. Para ello, se nos hace recorrer el mismo camino tortuoso y bacheado que Woodward y Bernstein recorrieron en su día. El interés de los artifices -no lo duden- es sano y honesto, pero a ratos funciona muy mal pues no se comprende bien lo que sucede, haciéndose la película harto complicada de seguir sin necesidad y quizá demasiado larga. De hecho, se disfruta mucho más cuando se conoce la historia real que cuando se ve de nuevas y, obviamente, esto es un fracaso cinematográfico.

Dos recomendaciones: 1) véanla a ser posible en V.O. porque el sonido de doblaje original anda algo cascado y en la versión DVD, retocado en parte al añadirse tomas cortadas en su día, resulta incluso catastrófico. 2) Si quieren disfrutarla no olviden nunca que es, sobre todo, el relato de una investigación periodística y no el de una trama política. Así mejora mucho.
Pakosky
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