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Voto de Vakulinchuk:
8
Drama Vitus es un chico que parece llegado de otro planeta: tiene un oído como el de un murciélago, toca el piano como un virtuoso y estudia enciclopedias a la edad de cinco años. Como es de suponer, sus padres le anticipan un brillante porvenir; quieren que sea pianista. Sin embargo, el pequeño genio prefiere tocar en el taller de su excéntrico abuelo, y sueña con volar y con tener una infancia normal. Finalmente, como consecuencia de un ... [+]
13 de junio de 2008
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sé de la existencia de niños superdotados, capaces de tremendos logros para su edad, pero se me hace difícil el imaginar a un niño capaz de ejecutar uno de los pasajes frenéticos de las Variaciones Goldberg de Bach, simplemente de oído, sin partitura, sólo escuchando un disco fugazmente, y eso es lo que hace Vitus, además de otras lindezas bursátiles. En cualquier caso la película me parece extraordinaria, muy bien llevada, con un chico que da el pego de sapientín avanzado. Son insustituibles la mirada, el gesto, la mesura y los mensajes de su abuelo, Bruno Ganz, (aquel del Hundimiento, Lutero, El cielo sobre Berlin….) que nos regala un personaje lleno de humanidad y que da una pista para aquellos padres que no saben como tratar a un niño poseedor de capacidades tan poco usuales, niños difíciles, y que en demasiadas ocasiones terminan por sentirse incomprendidos, faltos de estímulo, y abandonando su interés por lo que le rodea, haciendo de su genialidad una etapa fugaz. No hay muchos Mozart, rondando por ahí, aunque en el mundo de la música abundan los grandes músicos que ya despuntaban enormemente a edades tempranas. Los actores que hacen de Vitus, tanto en edad menor, 6 años, por Fabriccio Borsani, como con 12, por Teo Gheorghiu, son ciertamente niños prodigio en la realidad y tocan verdaderamente las piezas que aparecen en la película. Ya nos dirá el futuro a donde les llevó su genialidad. Digamos que la película exagera un poco las cualidades de un niño superdotado, pero nos lo cuenta de manera que se nos hace creíble, o al menos subyugante, y deseamos seguir viendo la película con el mayor agrado. Las actuaciones son de alto nivel, la música como se esperaba es fantástica y el tema es interesante, pues todos somos o seremos padres, y todos queremos el mejor de los desarrollos para nuestros hijos, a los que a veces abrumamos en exceso con esas metas que nosotros no conseguimos y queremos que al menos, en una prolongación de nosotros mismos, nuestros hijos, sean conseguidas, aunque sea a ritmo de tambor de galeras. El director, Fredi M. Murer, no es muy prodigo en trabajos, pero presenta un genial película en 1985, titulada “Fuego en las alturas” que aunque parece no haber llegado a muchas personas, goza de grandes críticas ( nota de 8’3 en filmaffinity). En definitiva una de esas películas que pocos reparan en ella en el videoclub, y que gracias a eso suele estar libre para los que saben lo que quieren y donde encontrar buen cine.
Vakulinchuk
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