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Voto de Quatermass:
9
7,0
2.180
Drama
En la madrugada del 8 de noviembre de 1930, el abogado parisino Fleury salía en busca de la luz adecuada para completar una filmación paisajística en torno al lago Le Thuit. Ese mismo día, el abogado fallece en extrañas circunstancias.
5 de agosto de 2010
34 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tren de sombras es un experimento prácticamente único dentro de la historia del cine, o por lo menos del cine del que yo he tenido constancia. Es cine dentro de cine, es casi una reverencia al cine. Una historia de fantasmas y misterios que se revela poco a poco, sin la necesidad de diálogos, sólo mediante la imagen, mediante el estudio, la disección y el mero deleite de la imagen filmada. Es una película tal vez difícil, exigente, con una radical independencia del espectador, llena de tiempos muertos; pero el viaje, diría, merece la pena. Es también una película difícil de describir mediante la palabra. Es un juego, uno similar al de Blow Up -también el filme de Guerín recuerda algo a los relatos de Cortázar-, que sustituye fotografías por fotogramas, huyendo de la imagen fija para textualmente agitar imágenes en movimiento. Me atrevería a decir que no conoce la indiferencia para con el público, que siempre generará una respuesta. Eso, y que el centro narrativo del filme está lujuriosamente abierto a interpretaciones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El fantasma de Fleury permanece, después de la muerte de éste, en el lago y en la mansión. Permanece porque no comprende la muerte. Fleury es un abogado convertido a modesto cineasta, al que se le encarga un retrato familiar. Filma, y filma inconscientemente secretos no revelados; no comprende que la cámara le llevará a la tumba. Guerín muestra en un primer momento la inocente filmación de Fleury, una película clara, filmada bajo la luz del sol, donde los misterios no existen. Después, un salto temporal al tiempo presente: sombras, fantasmas en los reflejos de los cristales; algo ocurre, algo no encaja. La respuesta está en el tramo final. Uno de los genios de esta película es que Guerín es una entidad activa en su propio filme -como podría considerarse al Haneke de Caché, por ejemplo-. Él, como director, resuelve el misterio, retuerce los fotogramas hasta captar los momentos clave: una infidelidad se sugiere en la inocente filmación familiar de Fleury de la primera parte. El padre de familia y la doncella guardan un secreto; su mujer tal vez lo sabe. El hilo se rompe, Fleury es asesinado y la película arrojada a las aguas. Éstas se filtran en sus fotogramas pero no aciertan aún a descomponer las verdades. Así, el secreto se suspende en el tiempo. Lo que el cine provocó el cine ha de resolver, y tras ello, el fantasma de Fleury puede por fin volver el lago y desaparecer en la bruma.