Una escena hipnótica que me arrastra a la siguiente estación, en donde espera la poesía convertida en movimiento. El paseo por el abismo del cine bajo la peculiar mirada de un artista de otro tiempo, bajos sus códigos, sus miedos y sus sueños; que al final del día resultan ser también los míos. El cine no debería ser lo que se nos ha impuesto, por esa razón me agradan los símbolos que encuentro; la necesidad de romper los moldes de siempre, esos aburridos cánones que sumen a las historias en artificiosos boletines que se venden al mejor postor a las primeras de cambio. La belleza de la imagen que no es usada como un recurso para atraer al público, sino para mostrar el desasosiego en el que el autor está inmerso; abismo en el que cualquiera puede caer. Quizá ya no se haga (y difícilmente se hará) cine de esta manufactura en los días que corren; de cualquier manera, de vez en cuando, se podrá asomar uno al pasado de estos fotogramas para sentir esa agradable y sutil tristeza de la Nostalgia.