El poco cine de los países del este que he podido ver podría definirse como un costumbrismo empapado de absurdo y tragedia, casi un esperpento que revela verdades muy íntimas de la condición humana. Me vienen a la cabeza algunas películas de Kusturica; Defosaenfosa no queda muy lejos de sus planteamientos.
Defosaenfosa, el debut tras la cámara de Jan Cvitkovic, es una película que, sobre todo, quiere dar un nuevo aire a ese cine de pequeñas muestras de vida de personajes aparentemente insignificantes. La película gira en torno a Pero, un joven provinciano cuyo trabajo consiste en dar discursos en funerales; pero el director no se centra sólo en él, sino también en la gente que le rodea, que conforma un cuadro tan disparatado como emotivo: su amigo que lo lleva en su coche de funeral en funeral, su padre (con instintos suicidas), su sobrino, su hermana muda, la chica que le gusta, etc. Es una película coral donde se van desgranando pequeñas historias que igual nos hacen sonreír que estremecernos.
Aunque su ritmo puede parecer a veces demasiado lánguido, no podemos negar que Defosaenfosa es una película hecha con mucho mimo e inteligencia. Y se guarda para el final diez minutos verdaderamente impactantes y estremecedores, de los que se graban en la retina. Sin aspavientos, con las justas pretensiones, Jan Cvitkovic firma un guión y una película de gran calado humano. Un hermoso canto a la épica cotidiana.