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Voto de juanantlopez:
7
Thriller En este desenlace de la saga Millennium la tensión se dispara. Tras el agónico final de La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, puede que Lisbeth Salander haya sobrevivido a ser enterrada viva pero sus problemas están lejos de haber acabado. Está acusada de triple asesinato y fuerzas poderosas intentan silenciarla de una vez por todas. Mientras, Michael Blomkvist escarba en su oscuro pasado y pronto encuentra sus huellas. (FILMAFFINITY) [+]
23 de marzo de 2010
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se cierra la trilogía más aclamada de los últimos años: la trilogía Millennium, escrita por Stieg Larsson, quien se ha ganado la gloria para no poder disfrutarla. El caso es que (esto es una percepción personal) me da la impresión de que esta tercera parte no ha levantado toda la expectación que debería, quizá porque muchos salieron escaldados con una segunda parte un poco floja y con la que no se ha guardado, además, la suficiente distancia para que pase la resaca.
Efectivamente, esta tercera parte es mejor que la segunda, que era un puente. Pero el problema es el de siempre: condensar casi 900 páginas del original literario en dos horas y media, y no perder nada, es imposible. El problema, si cabe, es mayor en esta tercera parte, donde los personajes se multiplican por tres y las líneas narrativas tocan muchos palos. Es una historia demasiado grande, una trama demasiado enrevesada, y su traslado a la gran pantalla, inevitablemente, la simplifica mucho, con la consecuente pérdida de intensidad. Los personajes no pueden ser bien trazados y todo parece precipitado. Cierto que se mantiene muy bien el ritmo, pero todo se siente un poco superficial, se nota que hay algo más debajo de todo que no puede ser tratado por falta de tiempo.
Este cierre de la trilogía debería ser glorioso, pleno de energía, como lo es en el libro. Pero la necesidad de recortes y resúmenes terminan por simplificar demasiado la historia trazada por Larsson, llena de detalles, de giros y de escenas tremendamente intensas. La sensación final es de que se ha visto un buen thriller, muy vivo, pero que todo está narrado a marchas forzadas, con urgencia, sin tiempo a veces para asimilar tanta información. De todas formas, yo he disfrutado viéndola, he pasado un buen rato en compañía de dos personajes que ya son parte de la cultura pop moderna: Michael Blomqvist y, sobre todo, Lisbeth Salander.
juanantlopez
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