Tras su magistral primera parte, Coppola vuelve a deleitarnos planteando ahora los orígenes de "la familia", y cómo llegó a convertirse en lo que era en la primera parte, el mayor clan de la mafia. Aunque esta segunda parte es buenísima, creo que le falta algo para estar a la altura de la primera. Tal vez sea el que Brando no esté, o que el número de escenas para el recuerdo sea menor, o que su metraje podría recortarse en ciertos pasajes, el caso es que no supera a la primera. Y con esto, repito, no quiero decir que esta segunda parte la desmerezca.
Muy al contrario, El Padrino II vuelve a relatar una historia fascinante, con interpretaciones de lujo de Al Pacino y De Niro, con la magnífica ambientación en distintas épocas, con la inolvidable música de Nino Rota y la sencilla dirección, de aire clásico, del maestro Coppola. Pero la clave está, creo yo, en que no alcanza la emoción de la primera, en que esta segunda parte se ve de muy buena gana, pero no te encoge el corazón y las tripas como la primera. De todas formas, y a pesar de lo que se pueda decir, El Padrino II vuelve a ser toda una lección de cine.