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Voto de juanantlopez:
3
Drama. Thriller Dorian Gray (Ben Barnes) es un joven aristócrata muy atractivo que, después de haber pasado una solitaria adolescencia en el campo, regresa a Londres, donde ha heredado una mansión. Atraído por la vida nocturna, se sumerge en ella de la mano de Lord Henry Wottom (Colin Firth), que lo conduce a los antros más recónditos y sórdidos de la ciudad. Al joven le fascina el estilo de vida decadente y amoral de Wotton. Por otra parte, su ... [+]
19 de enero de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las virtudes de la buena literatura es su capacidad para sobrevivir al tiempo y sugerir diversas cosas a cada lector, la posibilidad de encerrar en sus líneas mucho más de lo que el escritor escribe en ellas. Los buenos escritores consiguen eso, y Oscar Wilde es uno de ellos. Su Retrato de Dorian Gray es una sugerente y perturbadora reflexión sobre la decadencia de la sociedad inglesa, sobre el poder del arte y sobre el papel del artista. Además, nos regala a varios personajes inmortales que, bajo una apariencia frívola, son fiel representación de los más bajos instintos del ser humano. Todo eso y mucho más se puede lograr con una lectura atenta de Dorian Gray. ¿Habrá hecho esa lectura Oliver Parker, habrá dejado que la prosa de Wilde le cale hondo? Yo diría que no.
Si algo destaca por encima de todo en esta película es la superficialidad del conjunto. Es como leer el Quijote y quedarte sólo con que va de un loco que se enfrenta con molinos y le pegan un palizón detrás de otro. Hombre, no, hay más que eso. Oliver Parker no ha rastreado más allá de lo que le era imprescindible para realizar su adaptación de manera correcta y para que guste a los que no tienen ni idea de quién es Oscar Wilde. En la novela de Wilde ha visto a un joven que se degrada, que no envejece, y que tiene un retrato donde se refleja su desidia moral. Y para de contar. No ha tratado de adentrarse en la psicología de Gray, ni intentar esbozar un poco la concepción del arte que se desprende del relato, ni ha tratado de profundizar en la acerada crítica social de Wilde. Nada de eso.
A cambio, Parker nos entrega un pseudorrelato de misterio-terror, con un buen reparto desaprovechado (sólo destaca Colin Firth, y no estoy seguro de que Barnes sea la mejor opción para interpretar a Dorian Gray) y una ausencia de estilo propio clamorosa. La película se hace larga por su constante hincapié en los mismos recursos estilísticos y dramáticos, y en general por una historia mal contada que atrae poco (¡con lo buena que es la novela de Oscar Wilde!). En fin, un despropósito que apenará a los amantes de la novela, y aburrirá a los profanos. Es una película que no sabe trazar bien su camino y avanza a trompicones, como a glopes de timón que, desgraciadamente, no son mínimamente interesantes.
juanantlopez
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