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Voto de juanantlopez:
10
Drama Una aventura emocional en torno a una deslumbrante niña de once años, muy religiosa, que se enfrenta al mismo tiempo a dos acontecimientos que son completamente nuevos para ella: enamorarse y morir. 'Camino' es, sobre todo, una luz brillante capaz de atravesar todas y cada una de las tenebrosas puertas que se van cerrando ante ella, y que pretenden en vano sumir en la oscuridad su deseo de vivir, amar y sentirse definitivamente feliz. ... [+]
17 de febrero de 2009
15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil escribir desapasionadamente sobre una película que dos días después de verla, aún me sigue bullendo en la cabeza. Y es que Camino es una película de impacto, de las que te tocan y te dejan una profunda huella, de las que se recuerdan durante mucho tiempo. Voy a intentarlo.
Primero: ¿Es Camino tan buena como dicen? Sí. Rotundamente sí. ¿Mereció los seis Goyas? Sí. No he visto el resto de candidatas, pero no creo que ninguna supere a Camino.
Segundo: ¿Es Camino un panfleto contra el Opus? No. Ni mucho menos. Puedo entender que ciertos sectores de la Iglesia se molesten por lo que se muestra en la película, pero Fesser no ha hecho Camino con ningún ánimo de ofender o polemizar, ni con una actitud sectaria o revanchista. Decir eso sería simplificar las cosas hasta una mezquindad insultante.
La película de Javier Fesser es una película sobre el amor y el dolor, y cómo afrontamos esos dos sentimientos, y sobre cómo nos escudamos en creencias y rituales para intentar evitar lo inevitable. También es un canto a la infancia y una denuncia de los fanatismos del mundo adulto, que asfixian la vitalidad de la inocencia y la pervierten hasta límites insospechados. Y aunque aparezca el Opus, y se muestren sus aspectos más oscuros, Camino no es una película hecha exclusivamente para desacreditarlo y hundirlo, como se ha llegado a decir.
No recuerdo haberme emocionado tanto con una película española desde que vi en su momento Mar adentro. Ambas comparten una historia dura y triste, siempre con vetas de esperanza, abordada con extrema sensibilidad y con una brillante carga de matices. Fesser destaca por su visión idílica de la infancia, y eso se nota en la primera hora de película, donde nos metemos de lleno en el mundo de Camino; pero, poco a poco, ese pequeño mundo de ilusión se va viendo invadido por la sombra del fanatismo que la rodea, a lo que se le suma su enfermedad, contra la que lucha día a día, a veces con esperanza y fuerza, y otras con resignación y mucho dolor. El espectador es testigo de cómo todo lo que le pasa a Camino tiene, para su madre principalmente, un componente religioso que convierte su dolor en una bendición divina.
Además de emocionar, Camino nos indigna. Porque indigna ver cómo pueden llegar a comportarse ciertas personas bajo el yugo de la religión. Indigna el comprobar la vileza de ciertos miembros de la jerarquía eclesiástica. Indigna ver cómo el dolor y la infancia destruida de una niña se convierten en un espectáculo. Por eso, Camino es una película muy dura, pero necesaria. Su gran abanico de matices y sentimientos encontrados la hacen una de las películas españolas más imprescindibles de los últimos años. Por Fesser y su equipo, y por todos los actores y actrices de la película, sólo siento admiración y gratitud. Por ofrecernos una película valiente, convincente, emocionante e increíblemente conmovedora. Puro cine, pura vida.
juanantlopez
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